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¿Sabes qué son los proteoglicanos y para qué sirven?

Te interesará saber que es el activo del año en cosmética, y te sorprenderá todo lo que es capaz de hacer en tu piel.

Cada cierto número de años aparece un activo, bien en farmacia, en cosmética, en química… que revoluciona el mercado y deja a un lado por un tiempo todo lo que se conocía hasta ese momento. Es lo que nos va a pasar ahora en cosmética con los proteoglicanos, ese activo tan difícil de pronunciar como efectiva es su actividad sobre la piel. Pero no es nada nuevo: la primera vez que la industria cosmética oyó hablar de él fue hace 30 años. Corría el año 1989 cuando al farmacéutico Josep Martí Tor, que colaboraba con la comunidad científica de dermatología elaborando fórmulas magistrales, se le ocurrió un buen día utilizar los proteoglicanos como antioxidante en unas ampollas con vitamina C pura. A los pocos días ya había lista de espera para conseguir la preciada pócima de la juventud, hasta que descubrió que no era solo la vitamina C lo que mejoraba la piel, sino otros activos que él había incorporado a la fórmula sin saber de su éxito: los proteoglicanos.

¿De dónde se extraen?

Para hacernos una idea de su alcance, el bendito ácido hialurónico (AH) que tanto nos ayuda en cosmética y en medicina estética es un tipo de proteoglicano. Es conocido por sus increibles funciones de regeneración y sustento de la matriz celular de la piel. Pues bien, los proteoglicanos son macromoléculas compuestas por proteínas que se encuentran de manera natural en las membranas y en el núcleo de las células cutáneas formando parte esencial de su estructura. Por eso pueden regeneral la piel y restablecer y aumentar su estabilidad y elasticidad. Son capaces también (igual que el ácido hialurónico) de captar hasta 1.000 veces su propio peso molecular en agua, hidratando la piel profundamente. Por eso actúan en la dermis con una impresionante luminosidad, tersura y firmeza, además de ayudar a la cicatrización y eliminar al instante la sensación de fatiga.

Hoy puedes encontrar los proteoglicanos en múltiples formulaciones, sobre todo en formato ampolla monodosis, lo que permite crear un atmósfera que garantiza la estabilidad de aquellos ingredientes que se pudieran ver afectados por el contacto con el aire, como las vitaminas C y E, sus acompañantes más fieles. Esto es lo que pueden hacer los proteoglicanos por tu piel: son una apuesta segura contra el envejecimiento, y las pieles grasas y mixtas se pueden beneficiar de ellos gracias a fórmulas oil-free. Especialmente en estos días de confinamiento en que no da el aire a la piel y tampoco se puede acudir a un centro de estética, el efecto flash de los proteoglicanos, además, es inmediato.

Así se usan...

Una ampolla diaria, preferentemente por la noche, con la piel perfectamente desmaquillada y limpia, repartiendo el producto por rostro y cuello con un masaje en círculos ascendentes hasta su completa absorción, es lo ideal para un tratamiento de choque. Y como mantenimiento, dos ampollas a la semana son perfectas, durante un mes. Puedes elegir proteoglicanos de origen vegetal o marino, que normalmente se presentan enriquecidos, además de con vitamina C y E, con vitamina A, ácido hialurónico, silicio y melatonina.