Hero image
After
Before
${item.title}${item.text}

Confinadas, pero a punto

Te contamos cómo deben ser las rutinas de belleza en nuestra nueva vida “indoor”

No estamos en el mejor momento de nuestras vidas. Cierto. Y no nos queda otra que quedarnos confinados en casa, porque además, es la única manera de ayudar a los demás y a nosotros mismos. Para muchas personas, este es un viaje iniciático al teletrabajo. Sin embargo, los que desarrollamos nuestra labor profesional entre las cuatro paredes del hogar o en nuestro despacho, hay una regla de oro básica: cuidarse y arreglarse como si se fuera a tomar el autobús para ir a la oficina.

  • Fuera pijama o chándal. Por favor. Este es el primer mandamiento. Verse bien en el espejo debe de ser el primer gesto tras la ducha. Un movimiento motivador que nos llevará hasta el segundo paso
  • El cuerpo existe. Después de la ducha, embadúrnate de crema o comienza ya con un anticelulítico. Para cuando te quieras dar cuenta estarás danzando por la calle más blanca (y blanda, si no has hecho ejercicio en estas semanas de encierro). Y empieza a aplicar un autobronceador de acción progresiva para evitar sustos (salvo que tengas balcón, terraza o jardín).

  • Higiene facial. Aunque no te hayas maquillado, la piel habrá acumulado las toxinas que ha soltado durante la renovación celular nocturna, porque además ese es el momento en el que más impurezas expulsa. Por lo que si quieres una piel inmaculada que sea capaz de absorber los activos que le vas a aportar a continuación, debes lavarla con tu desmaquillante habitual, leche, crema o gel o agua micelar, para terminar con tu tónico.
  • Llega el tratamiento. No dejes de aplicar tu tratamiento habitual en este orden: sérum, crema o fluido hidratante, o tratamiento (antiedad, antimanchas o para piel grasa, seca o mixta), siempre según las necesidades de tu piel.
  • Maquíllate. Aunque no lo hagas con la misma intensidad de un día “outdoor”, no dejes de aplicar la santísima trinidad de la “buena cara”, que es: máscara de pestañas, un blush en tono melocotón o rosa (el color de la buena salud) y un gloss o un tono en los labios. Te alegrará el día aunque no te cruces con nadie. Porque sí que lo harás contigo delante del espejo cada vez que te acerques al cuarto de baño para lavarte las manos y los dientes.
  • De noche, el reposo. Aprovecha para irte a dormir con una buena capa de crema nocturna después de desmaquillarte igual que al levantarte. Aprovecha el confinamiento y las horas que te ahorras al día en transporte público para aplicar un tratamiento en el cuello y en las cutículas de las uñas para que te crezcan más fuertes. Y haz lo propio con las pestañas.
  • Con carácter semanal. Deja para el fin de semana la depilación de cejas y otros asuntos. Aprovecha el viernes por la noche para hacer una limpieza más en profundidad aplicando vapor (con una toalla húmeda que introducirás durante un minuto en el microondas), y difuminar poros y puntos negros pasando un tissue con una leve presión en las aletas de la nariz. No olvides exfoliar cara y cuerpo, así la piel se repondrá para el día siguiente (los peeling no dejan de ser una mini agresión cutánea). Y el domingo, disfruta de tus mascarillas preferidas para comenzar la semana con otra luz en tu rostro.