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Te contamos un secreto: ¿conoces la microbiota?

Quédate con el nombre porque tiene un papel fundamental en tu inmunidad.

Ni en el cerebro ni en el deporte. La mayoría de la serotonina, la hormona de la felicidad, vive dentro de tu intestino, además de ser el secreto del sistema defensivo de tu organismo. Por eso le llaman el segundo cerebro. Porque de cómo mimemos al millonario ejército de bacterias que lo pueblan y de cómo gestionemos la inflamación intestinal y la respuesta hormonal dependerá no sólo nuestro bienestar, sino la prevención de enfermedades muy serias como la ansiedad, la fibromialgia, la depresión o el cáncer. Porque realmente la microbiota o flora intestinal es un súper ejército. Las cifras impresionan y nos dan idea de su importancia. Tenemos un total de 8 trillones de bacterias que pesan un kilo y medio. Se dividen en 500 especies, y éstas a su vez en 4.000 subespecies. Todas están perfectamente coordinadas y tienen un equilibrio impecable. Una de las más importantes es la que los especialistas del aparato digestivo llaman “el Cid Campeador”. Su nombre técnico es ‘Lactobacillus reuteri’ y se encarga de mantener el equilibro de la flora intestinal, evitando las diarreas.

el intestino es el segundo órgano con más células nerviosas que el cerebro

Giulia Enders, autora del libro “La digestión es la cuestión”, que dio la vuelta al mundo hace unos años, cuenta que el intestino es el segundo órgano con más células nerviosas que el cerebro. Tanto es así que, según investigaciones de la Escuela de Medicina de Baylor del Centro Médico de Texas, en Estados Unidos están estudiando cómo añadiendo una especie de bacteria intestinal a algunos ratones se pueden revertir algunos déficits de comportamiento vinculado a los trastornos del espectro autista. Y en los seres humanos funciona así: si a las bacterias que tenemos en el intestino las matamos de hambre (adoran la fibra fermentable de verduras y hortalizas) con una alimentación inadecuada, la irán a buscar al torrente sanguíneo, con lo que se produce la inflamación.

¿Cómo evitarla? Asegurándonos de que en la dieta hay la suficiente fibra de frutas, verduras y hortalizas. Lo contrario no solo engorda y produce diferentes consecuencias nefastas para el metabolismo sino que podría llegar a producir trastornos como por ejemplo fibromialgia, síndrome de fatiga crónica, ansiedad o depresión.


La otra cándida


Con este nombre tan inofensivo se denomina a una de las bacterias más importantes que pueblan nuestro organismo. Es una especie de hongo, exactamente una levadura, que cumple la función de “barrendera”, es decir, elimina todos los tóxicos que entran al organismo, incluidos los metales pesados. Cuando introducimos corticoides, antidepresivos, exceso de azúcar, alcohol, quimioterapia o antibióticos, el microcosmos de bacterias, esa microbiota de la que hablábamos al principio, se puede alterar, provocando un crecimiento descontrolado de la cándida, que pasa a provocar la candidiasis, afección que hasta ahora conocíamos con más frecuencia en el terreno ginecológico.

La candidiasis intestinal consiste en el desplazamiento de toxinas al torrente sanguíneo, por eso, aunque comienza en el sistema digestivo, puede migrar a cualquier órgano. Sus síntomas van desde mareos, flatulencia, alergias o afonía hasta sintomatología psíquica como depresión y baja autoestima. Y es que intestino y cerebro están conectados mediante el nervio vago. Así que si nuestro intestino está alterado, puede causar un efecto devastador en el cerebro.