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Ácido poli-L-láctico, tu aliado esta primavera

Llega el destape, la hora de pensar en la primera prueba del bikini, en quitarnos las medias y apuntarnos a la camiseta de tirantes. ¿Estás preparada?

Tres. Ese es el número mágico que nos atormenta cada primavera. Y es que si hiciéramos una encuesta entre todas nosotras, cuando llegan estas fechas y cambiamos de fondo de armario nos vuelven nuestros queridos fantasmas a la cabeza. ¿Qué fue de los dos litros de agua que decidiste empezar a beber el 1 de enero? ¿y de las sentadillas? ¿y de las pesas? Y entonces piensas que te ha pillado de nuevo el toro. Bienvenida al club…

Tenemos una buena noticia: que todavía estas a tiempo. Y una más: que no te tienes que desgañitar en el gimnasio si no quieres. Necesitarás practicar una actividad física moderada todos los días como pauta general de salud, pero no vas a tener que machacar tus glúteos para llegar al bikini este verano, porque esto es todo lo que el ácido poli-L-láctico, el niño mimado de los tratamientos corporales, te tiene preparado:

  • Limando la celulitis

Es fácil entender cómo se forma la celulitis. En los glúteos, la piel se conecta con el tejido gracias a una especie de columnas que sujetan toda esa estructura. Y los acúmulos de grasa en unos lugares determinados propician que algunas de esas columnas queden tan tensas que “tiran” literalmente de la piel hacia el interior del organismo, lo que proporciona ese efecto de capitoné. Exacto, algo parecido a lo que ocurre con los botones de los sofás de piel (de ahí viene el nombre). Cuando el médico estético infiltra ácido poli-L-láctico en las capas más superficiales de la piel en forma de abanico con la ayuda de una cánula muy fina, va a redensificar y rellenar todos esos hoyuelos, mejorando así también la calidad de la piel. El pico de resultado más evidente y eficaz se produce a los tres meses del procedimiento, y dura hasta más de 2 años aproximadamente, cuando se habrá reabsorbido, ya que se trata de un relleno dérmico biocompatible y bioestimulante.

"El colágeno nuevo se sigue creando hasta que alcanza su pico a los 3 meses, pero después, el efecto continuará hasta un año después"
  • Glúteos redefinidos como nunca

Son uno de los músculos más grandes del cuerpo y participan en un montón de funciones básicas de nuestra motricidad, pero lo cierto es que nos cuesta “trabajarlos”. ¿La consecuencia? Esa sensación de pérdida de volumen, y de que “se nos caen”. Lo que hace el ácido poli-L-láctico en ellos es “engrosar” la piel a la vez que facilita la creación de nuevo colágeno. El resultado son unos glúteos como “rellenos”, con unos nuevos contornos y la piel más lisa y uniforme. El colágeno nuevo se sigue creando hasta que alcanza su pico a los 3 meses, pero después, el efecto continuará hasta un año después. Para ello, basta con dos sesiones separadas dos meses en el tiempo.

  • Brazos tersos y firmes

Con un tratamiento de ácido poli-L-láctico en los brazos, no habrá tirantes ni aplausos que se te resistan porque, al igual que en los glúteos, esta sustancia generará nuevo colágeno, mejorando la calidad de la piel y rejuveneciéndola visiblemente. Se aplica mediante infiltraciones subcutáneas a fin de restablecer el déficit de colágeno y así disminuir la flacidez cutánea y aumentar el volumen del tejido blando, rellenando al mismo tiempo las depresiones de la piel. Lo ideal son 3 sesiones, con un intervalo de 4 semanas entre ellas.

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