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¿Adicta a las redes sociales?

Te contamos cómo hacer un détox o aprender a usarlas con cabeza.

¿Cuántas veces te ha pasado que has estado en un lugar y cuando después has visto el post de alguien con quien compartiste el momento piensas “¡¡eso yo no lo vi!!? Y es que a menudo nos preguntamos si estamos viviendo la vida real o la vemos a través de las pantallas del móvil. Si estás leyendo esto es porque el asunto te preocupa. Y con razón, porque las redes sociales nos están haciendo cada vez más dependientes de la mirada del otro, lo que nos está sacando de nuestro centro, de ser capaces de vivir el momento intensamente, de poner el foco en lo que estamos haciendo, y de las sensaciones de disfrute que conlleva. A esto se suma que hay personas con dificultades de interacción o de habilidades sociales que corren el riesgo de evitar el mundo real, moviéndose sin embargo como peces en el agua en las redes sociales, donde el anonimato les permite ser otros que en realidad no son. Una pena.

En busca del like


Quizá te sientas identificada con esta idea: cuando comenzamos a participar en las redes, todos nos lo tomábamos como un juego social, pero si te fijas con detalle, las personas a las que sigues cada vez cuentan mayores intimidades y abren su corazón a la búsqueda de los “me gusta”, pero también del famoso engagement (algo así como el compromiso o lealtad de tus seguidores). Pero lo que se nos olvida es que todas las redes sociales, sin excepción, están diseñadas para engancharse. Porque no hay cliente más fiel que el consumidor dependiente.

Atenta a estas señales…

  • Si el no llevarte el móvil al salir de casa te pone muy nervioso o te crea ansiedad.
  • Si notas que te cuesta concentrarte en asuntos sencillos como leer un libro o ver una película entera sin mirar el móvil.
  • Si te das cuenta de que cada vez es mayor el tiempo que te quedas mirando al móvil dejando de hacer cosas, aunque no sean importantes…

Porque entonces…

  • Comienza tu détox apagando el móvil un rato cada día o dejando de mirar tu correo en la franja horaria que tú elijas, y observa cómo te sientes.
  • Cuando vayas a ver una película, deja el teléfono en otra habitación metido en un cajón.
  • Desactiva la mitad de tus notificaciones. Hazlo. A la media hora las habrás olvidado.
  • Observa de otro modo a las personas que te rodean, mírales a los ojos, pregúntale cómo están, haz un ejercicio de escucha activa.
  • Pon un horario de móvil: por ejemplo, desconéctalo para tus comidas y a las diez de la noche.