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¿Cuál es tu ácido hialurónico?

Entrevistamos a la doctora Salomé Pelle, argentina y afincada en nuestro país, concretamente en Palma de Mallorca, desde hace 12 años.

Da nombre a su consulta, ubicada dentro del Centro Médico Planas Salud de la capital balear. Se formó en Medicina Estética en La UIB (Universidad de las Islas Baleares), y desde entonces no ha parado de cosechar éxitos. Admite que sus herramientas de trabajo le han ayudado mucho, entre ellas, el ácido hialurónico (AH). Y es que el AH es el mejor y más versátil de los útiles de medicina estética. Y aunque el principio es el mismo, se comercializa en diferentes texturas según sea la zona del rostro a tratar o el efecto que se quiere conseguir. Así, la doctora nos cuenta qué utiliza exactamente según la edad y las necesidades de sus pacientes:

De 20 a 30 años

La estrella a esta edad son los labios, sobre todo, el volumen. “Primero perfilo con aguja, y luego voluminizo con cánula. A veces utilizo el mismo producto y otras veces, no”. Para perfilar, se utiliza un AH con menor peso molecular, y para dar volumen con un poquito más de peso molecular, es decir, más espeso, por entenderlo mejor. En esta franja de edad, normalmente no se quieren tocar el resto de la cara”, explica la experta.

De 30 años a 40 años

El surco nasogeniano es lo que les quita el sueño a las treintañeras (“lo que hago es levantar estructuras con cánula en la fosa piriforme, para luego actuar sobre las arruguitas del surco, también con la cánula, pero a nivel más superficial”, dice la doctora Pelle). “En las líneas de marioneta, me gusta dar estructura al mentón (con aguja y a nivel profundo, primero, para luego trabajar a nivel más superficial con cánula. Si hay cicatriz de arruga, trabajo con aguja a nivel superficial, por ejemplo en la glabela (entrecejo) y con un producto muy fluido”, cuenta Salomé. “Lo que me hace decidirme por la utilización de aguja o cánula es la observación minuciosa de las estructuras vasculares; cuando veo una zona muy vascularizada, utilizo cánula, y también para dar volumen”, termina.

De 40 a 50 años

Reponer estructuras en el tercio medio (bajo los párpados, el pómulo, y a veces en la fosa temporal también), el mentón, las líneas de marioneta y las arruguitas superficiales de los pómulos son los caballos de batalla de las mujeres en la cuarentena. En ese caso, el pómulo se trabaja con cánula, así como todo el tercio medio. “Me gusta poner también estimuladores de colágeno, una vez al año, para que se produzca una colagenogénesis y haya un mantenimiento más orgánico y natural”, explica la doctora. El código de barras es otra de las preocupaciones a esta edad. “En las mujeres fumadoras hace falta un tratamiento especial, necesitan hidratar más la piel, ya que en ellas las zonas más afectadas son los labios y el código de barras. Y una vez al año, hacia los 45, ponerse un estimulador del colágeno, también con cánula”, prosigue Salomé. A ellas también les preocupan ojeras y bolsas, pero antes, la experta mejora el tercio medio a nivel malar, porque si no, se necesita mucho relleno”, remata.

De 50 a 60 años

El protocolo que utilizamos según sus necesidades se parece mucho al anterior. Los hilos son muy interesantes también a esta edad, porque se empieza a descolgar la cara. “El AH puede reforzar el mentón y la mandíbula e hidratar el cuello, y los estimuladores de colágeno, hacer o propio en escote, cuello y manos”, sentencia Salomé Pelle.

De 60 años en adelante

“Con la paciente que nunca se ha hecho nada, es un reto, ya que hay que usar hilos, levantar estructuras e hidratar, y ellas son muy conservadoras, muchas quieren solo levantar algo el pómulo e hidratación. En cambio, si es una paciente que se ha cuidado, se trata de seguir con el mantenimiento, volver a rellenar la fosa temporal para neutralizar la cadaverización (en la cola de las cejas se hace un hundimiento) y neutralizar posiciones y volúmenes en general”, advierte la directora de la consulta Salomé Pelle.