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En busca de la naturalidad

Esa es su motivación, conseguir que a sus pacientes les digan “¡qué bien estás!” en lugar de “¿qué te has hecho?”.

Parar el tiempo, encontrarse con el “yo” de hace veinte años sin perder ni un ápice de personalidad pero, sobre todo, eliminar la cara de cansancio. Ese es el objetivo que busca siempre la doctora Ruth García Moro, médico estético y directora de la Clínica García Moro, en Valencia. Abierta desde hace 9 años, Ruth lleva trabajando con el ácido hialurónico (AH) desde 2009, así que puede contar cómo ha evolucionado este producto médico estético que, en manos de los mejores, se convierte en oro para mujeres y hombres interesados en encontrarse cada día mejor. “Las características reológicas del AH ofrecen un aspecto cada vez más natural, y resulta de más fácil manejo y extrusión (la fuerza que hay que aplicar a una jeringa para extraer el producto) para el médico. Y todo redunda en un mejor resultado. También ha evolucionado la técnica de uso. Ahora tenemos unos resultados con los que nunca hubiéramos imaginado trabajar”. Según sus palabras, ahora se pueden hacer modificaciones dinámicas y estáticas de una cara (full face) en una hora y, utilizando distintos tipos de ácido hialurónico, conseguir trabajar a distintas capas y a diferentes niveles, desde el hueso hasta la grasa o la piel. “Y dependiendo del tipo de AH podemos llegar a resultados muy naturales”, apostilla la doctora. “A mis pacientes les dicen -qué bien estás-, y no -qué te has hecho-, remata.

Lo que más piden a la Dra García Moro son tratamientos de labios: “parece mentira que llevemos mascarilla, es una especie de resistencia pasiva que tenemos, un “basta que no pueda lucirme para ponerme más divina”, apunta. Y es que los selfies y los zooms han hecho mucho por la medicina estética. “La gente se ve cansada, tiene fatiga pandémica, y resulta muy estimulante una inyección de energía positiva el verse bien; ahí puedes con todo”, cuenta. Sus pacientes, hombres y mujeres (ellos se hacen fieles cuando lo prueban) quieren estar jóvenes y parecer descansados y naturales. “Pero no sólo utilizo el AH para rejuvenecer, a veces necesito redefinir mandíbula o marcar pómulo”, explica Ruth. Se confiesa muy orgullosa del feedback que está obteniendo del género masculino. “Los hombres que empiezan, no lo dejan, muchas veces vienen porque les trae su novia o su mujer, y una vez que se han enganchado, quieren más. Y es que no están acostumbrados, no tienen integrado que pueden mejorar tanto, y pasan a ser pacientes muy fieles. Cuando ven el resultado quieren repetir”, recuerda.

“Pero sin duda lo que más satisfacción me da son esos pacientes que cundo se miran al espejo se echan a llorar de la emoción al verse como eran ellos hace un tiempo”, termina.

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